Hace unas semanas el Servicio Gallego de Salud presentó el proyecto de decreto de oferta pública de empleo para el personal estatutario en 2021, hoy mismo el DOG confirma esas cifras. Al mismo tiempo, tanto el Conselleiro como algunas organizaciones sindicales presentes, alardearon anunciar la grandiosa cifra de 604 plazas para Enfermería, sin prestar atención a la cantidad real de personal interino y eventual que estamos trabajando en este momento, por no hablar del resto de categorías deficitarias y precarias, junto a la nuestra que es la más numerosa. La nuestra todavía puede parecer una cifra apropiada, que no lo es, pero si miramos a las plazas de las diferentes especialidades de enfermería, la broma pasa de mala a terriblemente ofensiva.
En la sanidad pública gallega existe un elevado porcentaje de personal contratado, en algunos servicios incluso superiores a los del personal fijo estutario. Además en este momento nos encontramos con que las jubilaciones en nuestra profesión se siguen dando de forma masiva, puesto que contamos con una gran cantidad de enfermeras que en breve se despedirán de más de 30 años de carrera. Esto nos lleva a una necesidad de cobertura diez veces mayor que la presentada. En un año tan complicado como este, se evidenció más que nunca el bajo ratio de enfermeras que tenemos en Galicia, por debajo del ratio nacional y muy por debajo del europeo, teniendo como síntoma inequívoco la evidente falta de enfermeras de la que tanto se quejaron las gerencias de las áreas sanitarias gallegas, lo que nos obligó incluso a a no poder tomar descansos e incluso a doblar las agendas para asegurar la atención de dos pacientes.
Es tan simple como observar lo que sucedió no hace mucho tiempo, solo unos meses antes de que se declarara la pandemia. En la famosa OPE negra, el último examen realizado hasta la fecha para una oferta pública de trabajo de enfermería, nos inscribimos más de 8000 enfermeras. Teniendo en cuenta que por cada plaza había un promedio de 10 enfermeras luchando por conseguir una estabilidad que la gran mayoría llevábamos, y seguimos llevando, un tercio de sus vidas esperando, y que cada año sumamos un promedio de 500 enfermeras recién salidas del horno, no hace falta ser muy inteligente o tener un Master en álgebra para darte cuenta de que el número de plazas ofertadas que nos pusieron delante es más que ridícula e insuficiente.
Entre las ofertas públicas de empleo lanzadas por el Sergas en los últimos tres años no suman ni una quinta parte de lo que sería necesario, y no dejamos de preguntarnos por qué no se ofertan todos los puestos existentes. Desde el Gobierno Autonómico nos dicen que la culpa la tiene el Gobierno Central que se niega a eliminar la Tasa de Reposición y que por ese motivo no se pueden ofrecer un mayor número de plazas, y desde el Gobierno central echan balones fuera diciendo que el gobierno anterior tuvo la propuesta de eliminar la tasa de reposición y la dieron de lado sin tenerla en cuenta ni tan siquiera, además de que desde el Gobierno Autonómico las cifras que ofrecen para generar puestos de empleo público no son todo reales y que por ese motivo no pueden sacar mejores números.
Pero eso sí, tras la denuncia llevamos al Parlamento Europeo, cuyo debate tuvo lugar a finales de enero y en el que los parlamentarios decidieron proceder a la investigación por fraude en la contratación y mantenimiento del elevado número de interinidades, y las numerosas protestas de otros sectores de la Administración Pública, el Gobierno Central ha anunciado que acabará con la precariedad laboral en el sector público, sin embargo hasta el momento no hemos visto ninguna propuesta en firme.
Mientras aquí seguimos con los apuntes de lado a lado, de academia en academia y tomando el papel de eternas opositoras a la vez que seguimos acumulando contratos y contratos más precarios sin que a la Administración Pública le importe lo más mínimo. No importa cuantas oposiciones hayas aprobado, no importa cuántos años lleves trabajando, no importa porque lo único que les importa es cuadrar los números al final del año. Aunque ni nosotras somos números ni tampoco lo son nuestros pacientes.
Por todo ello volvemos a exigir transparencia por parte de la Administración Autonómica y la eliminación de la tasa de reposición por parte del Gobierno Central, que dejen de acusarse unos a los otros y que de una vez por todas se formalice la “macro oferta” de empleo que venimos exigiendo desde hace años. Solicitamos nuevamente que dejen de reírse en nuestras caras, porque nosotras no somos números, pero los números hablan por sí mismos y los números sí que importan.
Soy una enfermera q hace 5 años se fue a Inglaterra buscando estabilidad.
Me he vuelto pensando q las cosas serían diferentes y nada ha cambiado.Y personalmente creo q nada ha cambiado xq no vale de nada que salgamos un día a la calle y después sigamos aceptando esos contratos.
Creo de verdad que lo habéis intentado a las buenas, dialogando y explicando el problema. Pero no van a escuchar si,al final, seguimos yendo a trabajar y aceptando esos contratos. Creo firmemente que sería hora de plantearnos una huelga general. Y no volver a trabajar hasta que esto cambie,q solo trabajen los fijos y se podría realmente ver hasta que punto el sistema público de sanidad está sustentado por personal eventual.No podemos seguir con mini actos cuando pedimos grandes cambios y los pedimos porque son necesarios y xq nuestra situación es de las más precarias que un diplomado universitario puede tener en este país.