¡Bienvenidos y feliz vuelta de vacaciones compañeros y compañeras! (Aunque, puesto que la mayoría somos eventuales, lo correcto sería decir bienvenidos y feliz fin de contrato de verano.
Septiembre es el mes de la vuelta a la rutina por excelencia, los niños vuelven a las clases, los adultos vuelven a sus trabajos (por lo menos los que tienen la suerte de conservarlo) y los eventuales le volvemos a poner el sonido y la vibración al móvil, por la cuenta que nos trae. Pero hay una persona para la que este septiembre no tiene nada de rutinario, se trata de nuestro gran amigo y aliado Jesús Vázquez Almuíña, gran defensor de la sanidad pública en general, y de la enfermería en particular (a estas alturas no tengo que explicar que es sarcasmo, ¿no? ).
Almuíña, célebre autor de citas como “el 88% del personal está en vínculos estables”, y “el personal puede ir a trabajar en unicornio, si así lo desea” (esta última no sé si la dijo, pero casa mucho con su percepción distorsionada de la sanidad gallega), deja de ser nuestro jefe. ¡Una lástima! Parece que los bloques de verano finalizaron para todos, incluido esta estrella emergente de la comedia gallega (vamos a pensar que algunas de sus declaraciones eran broma, porque la alternativa es que de verdad creyese en esas barbaridades).
Lo que no sabíamos era que estaba calentando en la banda para saltar el terreno de juego el señor Julio García Comesaña. Sorpresas que nos da Feijóo. Este nuevo fichaje no es exactamente un desconocido, seguro que a muchos os quiere sonar. Pues sí, se hizo tristemente célebre durante esta pandemia por la destitución de Eva Maquieira como jefa de sección de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi).
¿Su terrible falta para tal destitución? Comentar en redes sociales su desacuerdo con la gestión del material de protección individual en su centro hospitalario. ¡Estamos buenos! ¡Ni que ahora la gente pudiera expresar su opinión libremente, ni que hubiera democracia! Y como de aquella el bueno del hombre era gerente de la área sanitaria de Vigo, pues nada, destitución, y aquí paz y después gloria.
Desde aquí quiero saludar con un toque de codo al nuevo conselleiro, y explicarle un poco de qué va el asunto. Somos un colectivo llamado Enfermeiras Eventuais En Loita, que surgió gracias a la nefasta gestión de su antecesor. Seguro que escuchó hablar de nosotras, aunque más en la Sexta que en la Televisión de Galicia, somos esas piradas que en plena ola de calor, allá por mayo de 2019, se nos ocurrió ir a opositar vestidas de negro. No, no era una cuestión de que ése sea el color que mejor combina con todo, era una cuestión de luto, de dar visibilidad a la pérdida continua de derechos que sufrimos durante los últimos años y a las condiciones laborales que empeoran con cada nuevo pacto de contratación. ¿Se va situando?
No le voy a mentir, su antecesor no nos hizo mucho caso, pero ahora podemos hacer borrón y cuenta nueva y comenzar nuestra relación con buen pie. No se piense que le tenemos exigencias muy locas, ni queremos excentricidades, que no somos el clan Kardashian. Queremos estabilidad laboral para poder desempeñar bien nuestro trabajo, porque trabajamos con personas, no con ladrillos, y estar un día en un servicio, otro día en otro, y el siguiente en un centro de salud a 40 kilómetros, pues acaba una que no sabe ya ni donde está. Queremos poder conciliar la vida laboral y la familiar, porque a este paso llevaremos a los hijos al pediatra la misma semana que vayamos a pasar el preoperatorio para las cataratas. Y, ya que estamos, tener medios suficientes para poder seguir trabajando durante la mayor crisis sanitaria que se recuerda en este país, pues tampoco estaría mal, ya le digo que no están las cosas como para que mucha gente coja una baja, no andamos sobrados de personal.
¿Qué le puedo decir? Está metido en un buen percal. No es el mejor momento para la sanidad, eso desde luego, pero tiene dos opciones: puede dialogar con nosotras, las sanitarias, las que estamos al pie de las camas, las que vemos la realidad tal y como es, o puede marcarse un Almuíña y hacer lo que le dicen cuatro como usted que sólo salen del despacho para ir a la máquina del café. Que igual le parezco yo muy agria para no ser siquiera interina, pero tenía que escuchar hablar a las veteranas con plaza en posesión a las que le están denegando los días libres. No le extrañe si le pitan los oídos.
Sr. Comesaña, sólo espero que aprenda de los errores del señor Almuíña, que no los subestime, y que su actitud sea más abierta y dialogante y menos soberbia. Porque usted será el conselleiro, pero sin los trabajadores, no hay sanidad.
Señor Almuíña, tanta paz lleve, como aquí deja.