¿Conocéis la serie Élite? No ,claro, y tampoco escuchasteis nada sobre la Pantoja una tarde cualquiera poniendo la medicación de las 16h en una habitación. Si. Tranquilos, aquí estoy yo para introduciros en el mundo millenial. Élite es una serie que transcurre en un colegio privado en el que hacen de todo menos estudiar. Pues bien, dentro de poco vamos a tener nuestra versión gallega pero en forma de colegio de enfermería.
La última gran idea de nuestro gurú Feijóo es abrir una nueva escuela de enfermería en A Coruña. Normal, como sólo había siete escuelas en toda la comunidad, pues igual eran pocas. Notad el sarcasmo aquí, por favor.
Es curioso que estén mas preocupados en crear escuelas que en crear puestos de trabajo estables y de calidad que después puedan ocupar esos mismos profesionales. Pero esto sólo es una reflexión mía, que como sabéis estoy más avinagrada que el agua de Burow que queda en el fondo del congelador y que cuando la quieres usar ya caducó.
Lo que todavía no mencioné es que la famosa escuela es privada. Sí, PRIVADA. A ver, no seamos malpensados, igual esta decisión obedece a alguna razón lógica. Os voy a dejar por aquí las palabras de Carlos Paz Miño, Director Territorial de Quirón Salud Galicia, que dijo: «este acuerdo posibilita la complementación de los conocimientos teóricos con la práctica asistencial en centros en lo que estos futuros profesionales de la enfermería tendrán a su disposición los mejores equipos humanos y una tecnología médica de vanguardia». Ergo, que se van a hacer prácticas en centros sanitarios, toma innovación, lo nunca visto, prácticas en centros sanitarios durante la carrera.
No quiero decir que este acuerdo obedezca a algún tipo de trato entre la Xunta y esta institución privada que beneficie a ambos (que no tengo pruebas, pero tampoco dudas), lo que sí quiero decir es que me parece una estupidez y una forma más de crear una cortina de humo que tape las carencias reales. El problema no radica en una falta de estructuras o de medios para formar profesionales. Cada año acaban la carrera sobre quinientos enfermeros y enfermeras, muchos incluso no consiguen entrar y tienen que presentarse para subir nota y poder acceder al año siguiente. Y aunque así fuera, bastaría con crear más plazas en las universidades públicas, no es necesario aumentar la fortuna de los señores Quirón.
Lo que falla es su incorporación al mundo laboral. ¿Por qué iban a quedar en un sitio en el que tienen que trabajar a días cuando pueden ir a otras comunidades autónomas o a otros países en los que tengan mas estabilidad? Son jóvenes señor Feijóo, no idiotas. Supongo que la diferencia radica en que ahora, al ir formados desde la privada, ya se acostumbran desde el comienzo a las condiciones precarias, así cuando lleguen al Sergas puede incluso que les parezca una mejora.
Estamos en medio de una pandemia, con los hospitales colapsados y aun así hay gente que día tras día tiene que estar pendiente del teléfono para saber si va a trabajar al día siguiente y donde. Si aun dando lo mejor de nosotras y haciendo un enorme esfuerzo para sacar el trabajo adelante, no se dan cuenta de la calidad de los profesionales que tienen y que nos deben unos contratos y unas condiciones dignas, está claro que no nos merece, por lo que la opción será marchar a otros sitios donde sí nos valoren.
Así que señor Feijóo, si de todas las reivindicaciones que llevamos haciendo, pidiendo que se mejore el ratio enfermera/paciente que se mejoren las condiciones laborales, que se contraten por días y menos con la escasez de profesionales que hay, usted sólo entendió que tiene que crear una escuela privada con algunos amiguitos, está claro que nuestra labor está cada día más justificada.
Con esto no quiero restar valor a la gente que estudia en las universidades privadas, faltaría más. Pero que tampoco nos quiten valor a los de la pública. Parece que ahora la solución pasa por privatizar todo, cuando durante muchos años la enseñanza pública dio grandes profesionales sanitarios, que igual no tenían suficientes medios económicos para estudiar, pero si dedicación, inteligencia y si, la maldita palabra de moda, vocación. Como digo, el problema viene de cómo se trata a la gente, porque esto es como las meigas, habelas hailas, lo que pasa es que les gusta tener los turnos con cierta antelación y cobrar por ellos, son así de pécoras.
Lo único que digo es que las enfermeras de la privada saben coger el tren igual que las de la pública, aunque vaya en preferente o en clase turista según sus necesidades. Y si viene la cosa mal, marcharán, igual que las anteriores, porque esta crisis no se soluciona privatizando, sino arrimando el hombro y yendo todas a una. Y ya llevamos más de un empujón como para ir escarmentando.