Son muchas las problemáticas a las que se enfrenta el personal eventual en nuestra comunidad. La inestabilidad laboral va aumentando a pasos agigantados al mismo tiempo que disminuye la calidad asistencial. Esta situación laboral de eventualidad extrema posiciona al personal en una situación muy comprometida: no solo la de trabajar sometido al estrés que genera “per se” una actividad laboral llena de responsabilidades como es la Enfermería, sino que supone el cambio diario de servicio o ubicación, la incertidumbre, la calidad de los contratos, etc.
Todo comenzó a raíz de un reportaje en la televisión acerca de la Precariedad Laboral, donde Antonio Fernández-Campa, actual Gerente del SERGAS afirmó que la precariedad en el Servicio Gallego de Salud “no es una situación habitual” y que el 85% de los trabajadores del Servicio Gallego de Salud están en vínculos estables. También el Presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, declaró que el 88% del personal tiene un “nombramiento definitivo“.
Tras hacerse virales sus declaraciones, muchos profesionales eventuales se sintieron menospreciados y muy dolidos, puesto que llevan siendo trabajadores eventuales y precarios desde hace muchos años. Esta situación se mantiene a pesar de haber aprobado varias convocatorias de oposiciones, sin tener los mismos derechos que el resto de trabajadores con plaza fija o vínculos de larga duración; es decir: sin vacaciones, sin posibilidad de baja por enfermedad o embarazo, acostumbrados a la movilidad entre servicios día sí y día también, expuestos a un estrés continuo, con muchas dificultades para disfrutar de una conciliación familiar y social y por si fuera poco, muchas veces bajo amenazas de penalización.
La raíz de estas declaraciones, desde AENSAC, se propuso la idea de responder a Fernandez-Campa con la realidad de los números. Así surgió la “Encuesta de la Enfermería gallega precaria” donde sale a la luz la verdadera sensibilidad del personal de Enfermería temporal del Servicio Gallego de Salud.
Los datos
Esta encuesta se realizó en el período comprendido entre el 11 de marzo y el 16 de mayo del 2019. Se recogieron un total de 808 resultados, de los cuales tuvimos que excluir 73 de ellos debido a respuestas inválidas y duplicadas en los resultados finales, quedando finalmente un total de 735 encuestas válidas.
El primer dato que podemos observar es que el 89,12% de las personas encuestadas fueron mujeres mientras que tan sólo un 10,9% son hombres. Del total de los encuestados, un 73,7% no tienen hijos y su edad media se sitúa en los 32,2 años (siendo 21 años a edad del más joven y 54 años la del mayor).
El dato menos alentador de todos es lo que se desprende cuando el 89% de los encuestados se considera en situación de precariedad laboral, 8,8% quizás y tan sólo un 2,2% opina no tener un trabajo precario.
De estas personas, el promedio de años que pasan anotados en las listas es de 8,14 años, siendo 24 los años del que más tiempo lleva, e inferior a 1 año el de menor tiempo de permanencia. Un 78,7% de los encuestados llevan en las listas 5 años o mas; un 44,4% del total llevan 10 o más de 10 años.
De todos los encuestados, solo un 19,2% tiene una vacante o comisión frente a un 80,8% que no la tienen. Los que sí tienen vacante o comisión, llevan con ella un promedio de 3,2 años. Eso sí, para conseguirla tuvieron que pasar 12,2 años desde que sumaron su primer contrato en el Servicio Gallego de Salud. El promedio de contratos firmados no último año es de 24 contratos, superando los 300 contratos a persona que más número de ellos firmó.
Conclusión
La edad media de los trabajadores eventuales del Servicio Gallego de Salud según datos del INE, coincide con el momento en el que la mujer suele tener su primer hijo.
Que el 89% de los encuestados se consideren trabajadores precarios está en relación directa con la baja natalidad, siempre según datos de la Comisión Europea, expuestos en el estudio sobre “Empleo y desarrollo social en Europa”, por lo que, darle fin a la precariedad laboral de la profesión enfermera, podrá favorecer a la natalidad gallega, que recordemos, está viviendo un drama poblacional y necesita de 7.000 nacimientos más al año para volver a crecer en población.
Esta precariedad palpable por los profesionales, sumado a los datos del INE del año 2018 en el que sitúan a Galicia en la cola de España y muy lejos de Europa en el ratio enfermera-enferma (la tercera peor CCAA), no dejan a la enfermería gallega en una buena situación.
Por otro lado, queremos incidir en el tiempo medio que debe pasar un profesional de enfermería para optar a una vacante según los resultados: 12,2 años, y una vacante no es estabilidad como en muchas ocasiones expresó la Xunta de Galicia, ya que como bien recoge la Ley 55/2003 del Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud, “El personal interino en plaza vacante, es personal temporal.” Además, en la actualidad, esas plazas salen a concurso de traslados abierto y permanente con periodicidad anual por orden del Servicio Gallego de Salud, lo que también da lugar la una alta rotación del personal, hecho que, finalmente, repercute en la calidad asistencial por una deficiencia de continuidad de cuidados.
Como podemos observar, son muchos los datos que aporta esta encuesta, pero se pueden resumirse en un único punto: la eventualidad en la Enfermería Gallega no es algo puntual, es algo que vivimos cada día miles de gallegos y gallegas, miles de gallegos y gallegas que sostienen un sistema de salud que sin lo personal eventual, se vendría abajo.
Por este motivo desde nuestro colectivo creemos que el tiempo de estar en la oscuridad finalizó. Ahora es tiempo de cuidar a quién te cuida. Es tiempo de cuidar a la enfermería.
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