Era conocido por toda la opinión pública que los datos sobre la temporalidad de los profesionales sanitarios eran vergonzosos. Pero queríamos conocer con mayor detalle la situación actual de las enfermeras y los datos obtenidos son aún más preocupantes de lo que pensábamos.
Gracias a la encuesta realizada por nuestro colectivo durante el mes de marzo, podemos afirmar que el 66% del personal de enfermería de las unidades de hospitalización de las diferentes áreas sanitarias gallegas es personal temporal, un aumento 31% más que en 2019, es decir casi 7 de cada 10 enfermeras. Unos datos agravados si recordamos que Galicia es la segunda comunidad autónoma con peores ratios enfermera-paciente.
En comparación con los publicados por el Consello de Contas para el año 2020, la temporalidad aumenta casi un 18%. Estos datos situaban los índices de temporalidad en 48% en Atención Especializada. Este incremento interanual aumentó debido a las numerosas jubilaciones y prejubilaciones del personal de enfermería desde la pandemia y su cobertura a través de contratos temporales.
Desde Enfermeiras Eventualis en Loita, queremos mostrar nuestra profunda preocupación por esta situación agravada aún más en los últimos años. Esta alta temporalidad pone en riesgo la atención a los pacientes el próximo 25 de junio, fecha en la que todo el personal temporal acudirá a Silleda a la oposición de enfermería. Según los datos de nuestra encuesta, más del 75% de las unidades tendrán dificultades para cubrir los turnos ese día, fecha del concurso de oposición. De hecho, hemos identificado unidades de hospitalización donde todo el personal asistencial es temporal, por lo que no será posible cubrir el personal temporal con personal fijo competente en esa unidad de hospitalización.
Para evitar dejar las unidades sin profesionales, las compañeras fijos tendrán que hacer doble turno y será necesario que el personal de Atención Primaria y Consultas Externas trabajen ese día. En el primer caso, aumenta el riesgo de los cuidados debido a la fatiga de las profesionales. En el segundo caso, el riesgo se deriva de la falta de habilidades, experiencia y conocimientos actualizados específicos en dichas unidades de hospitalización.
Además de la alta temporalidad, es preocupante también la escasez de personal, ya que según el Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería de España, Galicia necesita 8.351 enfermeras para alcanzar la media de la UE, pero la Xunta oferta solo 1.556. Se trata de 6.795 menos de las necesarias, a pesar de que al concurso-oposición se presentan y fueron admitidas de forma provisional, casi 9.900, por lo que esta consolidación de la precariedad en el SERGAS hará que esta plantilla tan necesaria para el futuro del servicio, deje la profesión, como dicen los datos.
Es una tendencia preocupante que falten profesionales, pero lo más preocupante es no saber cómo solucionarlo. Las administraciones autonómicas deben elaborar desde ya, un plan de futuro para las enfermeras y evitar que esta falta de planificación afecte a los pacientes, como el pasado 24 de marzo cuando un niño acabó en la UCI por una sobredosis de medicación.
Esta compañera podría ser cualquiera de nosotros, expuesta a trabajar en unidades sin requerir experiencia, formación o la debida inducción. Trabajando en unidades por días, cansadas y concatenando contratos de forma prolongada sin derecho a vacaciones. Sometidas a una presión constante, a una carga de trabajo excesiva, a la falta de medios y a un sistema burocrático injusto e inflexible. Los estudios llevan años advirtiéndonos y relacionando la falta de personal con un mayor riesgo de complicaciones, efectos adversos e incluso la muerte. Quizás con estos datos que os mostramos hoy, el sistema esté mostrando sus estertores que ya sabíamos que tarde o temprano llegarían. Quizá sea el momento de señalar a la Administración como principal culpable de este agónico deterioro.
Todos los datos aportados para el estudio fueron ofrecidos de forma voluntaria por el personal y recopilados con fecha de finalización 31 de marzo del presente año 2023, con el único fin de conocer la realidad laboral actual del SERGAS. Estos datos deben ser públicos y ofrecidos por la propia Administración. Sin embargo, SERGAS y la Consellería se niegan a proporcionarlos, habiendo sido solicitados previamente y en múltiples ocasiones por nuestro colectivo, sindicatos o partidos políticos.