Dijo Göbbels, Ministro de Propaganda para el Reich que «una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad», y parece que aunque pasaran muchos años, esta técnica aplicada por aquel entonces, no deja de estar en desuso.
Afortunadamente vivimos en una sociedad en la que la transparencia empieza a ser una palabra de moda, aunque a algunos todavía no les guste este “novedoso” concepto y pasar por buenas ciertas afirmaciones ya no es tan sencillo en una sociedad cada vez más y mejor informada.
Y es que aunque ya lo hubiéramos hecho hace unos meses, las últimas publicaciones basadas en fuentes del Sergas, con respecto a nuestra denuncia por el bajo ratio de las profesionales enfermeras, nos obligan a tener que darle de nuevo respuesta con datos veraces.
Pero antes de nada, de nuevo queremos mostrar nuestra total disconformidad, en cuanto a las formas y los datos vertidos desde el Servizo Galego de Saúde, pretendiendo vender a la opinión pública por medio de su Departamento de Comunicación, datos opacos, tergiversados y manipulados.
Lo hicieron anteriormente pero de nuevo el SERGAS resalta que de “más de 10.500” enfermeras y enfermeros, “el 88% es personal estable” es decir, una temporalidad de un 12%, algo en contraposición a los datos ofrecidos por el Consello de Contas, un organismo oficial e independiente, que cifró la temporalidad en un 40% en Atención Especializada y en un 28,1% en Atención Primaria, en su Informe “Informe de fiscalización da Conta Xeral do SERGAS”, números que coinciden con el estudio de campo realizado por nuestro colectivo, constatando que la temporalidad en las enfermeras se asemeja más a los datos ofrecidos por el Consello de Contas que a los que el propio SERGAS nos muestra.
Desde el Servizo Galego de Saúde hablan de “personal estable” incluyendo dentro de ese concepto a las interinidades, pero legalmente y como marca el Estatuto Marco del Personal Estatutario de los servicios de salud, una interinidad es Personal estatutario temporal. Si hacemos referencia a la RAE, dícese de “estable” lo que permanece en un lugar durante mucho tiempo, mientras que “temporal” habla de algo que dura por algún tiempo. Hasta un profesor benevolente les suspendería si en un examen de Lengua Castellana propusieran “estable” y “temporal” como sinónimos.
Por otro lado, de nuevo el SERGAS saca a la palestra datos sobre el ratio enfermera-paciente, que siempre según sus datos es de “4 por cada 1.000 habitantes”, cifra superior al promedio de España.
El problema viene de nuevo en la origen e interpretación de los datos, puesto que el informe del Sistema Nacional de Salud al que se refire el Sergas contiene cifras estimadas y referidas al año 2016, por lo tanto no están actualizadas y el número real es 3,9 como suma del cociente de enfermeras en Atención Hospitalaria y enfermeras en Atención Primaria por cada 1000 habitantes, mientras que la media de ese año fue 3,8.
Lo que no dicen es que ese año, Galicia fue la comunidad autónoma número once de España respecto a este ratio. Según el último informe del INE (de nuevo otro organismo oficial e independiente) publicado hace pocos meses con datos referidos al año 2018, la media de enfermeras por cada 1000 habitantes es de 6,55 en España, en Galicia es de 5,37, lo que echa por tierra los datos de la Xunta situando a Galicia a la cola de España (la tercera peor autonomía) y a la cola de europa. Conclusión: los datos ofrecidos por el Sergas no sólo no son fiables ni recientes sino que además llevan a interpretaciones erróneas.
Los datos ofrecidos por el Consello de Contas, INE y organizaciones sindicales, son los que hacemos nuestros para denunciar la dramática situación vivida por el colectivo, datos que a su vez deslegitiman a los del SERGAS, datos llenos de maquillaje contable y político.
Es por ello que no podemos aceptar ningún dato por parte de la Xunta de Galicia hasta que la Administración cumpla con su obligación legal de transparencia y se comprometa a poner en funcionamiento un sistema de Registro de Personal que permita cuantificar y definir con exactitud y actualizado en tiempo real el estado de la totalidad de la plantilla de enfermería del SERGAS. Sólo así serían fiables los datos, y no tendrán en el futuro que salir cada dos por tres a desmentir a un grupo de enfermeros, que hasta hace poco, era minoritario e insignificante para el Sergas.
Por último, presume el Servizo Galego de Saúde de poner en marcha un “nombramiento estatutario eventual de continuidad” que busca “garantizar su estabilidad laboral” y “reducir el número de contratos excesivos”. Hablan del mismo tipo de contrato que fue ofertado previamente a los médicos de familia y pediatría con nulo éxito y que hemos rechazado rotundamente en múltiples ocasiones. A pesar de ello, desde diversos medios de comunicación se ha vendido que este contrato ha sido un éxito, cuando la mayoría optaron por rechazarlo tras conocer sus condiciones. Unas condiciones que generan una falsa sensación de estabilidad. ¿De qué nos sirve que lo firmen los sindicatos, si el propio personal al que afecta ese contrato lo rechaza mayoritariamente?
La realidad es que la Administración lleva mucho tiempo recurriendo a formas alegales para cubrir ausencias del personal fijo: no se cubren muchas de las incapacidades temporales de los trabajadores fijos, se refuerza el personal de las plantas con contratos de acúmulos de tareas también usados para cubrir “huecos” estructurales, impidiendo y alargando su conversión a vacante.
Creemos firmemente que todas estas alegalidades se verán incrementadas con la puesta en marcha de este contrato eventual de continuidad y por lo tanto dará pie a que desde el Servicio Gallego de Salud se siga permitiendo una “contratación fraudulenta” como aseguró que existía, aunque “no siempre”, la directora de RRHH en Comisión Parlamentaria.
Por lo tanto de nuevo volvemos a remarcar que consideramos esta propuesta de contrato de continuidad, como un parche que alargará todavía más la precariedad en la enfermería y creemos que no es compatible reclamar estabilidad y aceptar por nuestra parte un contrato que nos perpetúa en la precariedad. Es por eso que no entendemos otro camino que no sea:
- Generar todas aquellas plazas que se perdieron durante la crisis y no se cubrieron debido a la Tasa de Reposición. Esa Tasa de Reposición que impuso el gobierno de Mariano Rajoy y que en el tiempo en el que Feijóo y Rajoy compartían gobiernos en Galicia y en Madrid, no valoraron eliminar.
- Aumentar el número de enfermeras contratadas. E repetimos que por cada mil gallegos hay según datos del INE 5,37 enfermeras. La tercera peor tasa de toda España, a la cola de la península y de Europa.
- Conocer los datos reales de la situación de los profesionales para que una situación como la actual no vuelvan a ocurrir. Transparencia y registro fiable e independiente del Personal Estatutario Fijo y Temporal y debidamente actualizado.
Todo esto nos indica la falta de interés real en solucionar la problemática sufrida por los profesionales y confirma una vez más que la Consellería de Sanidade tiene como única pretensión, publicitar como datos reales, unas cifras tergiversadas y edulcoradas con el único objetivo de sacar rédito político. Menos palabras vagas y tergiversadas y más propuestas en firme.
“Imagen del Banc d’Imatges Infermeres. Autoría: Ariadna Creus y Àngel García”